De todas las reflexiones del 2008, 2009, 2010... ¿Cuál les llamó más la atención, y por qué?

Powered By Blogger

lunes, 16 de agosto de 2010

83.- EL BAMBÚ JAPONÉS

No se requiere ser un agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego. También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece de una vez, maldita seas!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros 7 años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado mala semilla.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo 6 semanas, la planta de bambú japonés crece ¡más de 30metros!…¿Tardó sólo 6 semanas crecer?…No. La verdad es que tomó 7 años y 6 semanas en desarrollarse.
Durante los primeros 7 años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de 7 años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, éxitos y triunfos apresurados, sin entender que no son más que el resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo y esfuerzo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan las cosas súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. ¡Y esto puede ser extremadamente frustrante!
En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptemos que en tanto no bajemos los brazos , -ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
Es un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

82.-APRENDER A AMAR

La vida nos ofrece millares de oportunidades para aprender a amar. Cualquier hombre o mujer, todos los días de su vida, siempre tiene ocasión de entregarse al Amor. La vida no es ninguna fiesta, sino un constante aprendizaje.
Y la lección más importante de todo este aprendizaje es la de aprender a amar.
A amar mejor cada vez.
¿Qué es lo que convierte al hombre en un gran artista, en un gran escritor o en un gran músico?
La práctica.
¿Qué es lo que convierte al hombre en un gran hombre?
La práctica. Nada más.
El desarrollo espiritual sigue las mismas leyes que las del cuerpo o las del alma. Si un hombre no ejercita sus brazos, jamás tendrá músculos. Si no ejercita su alma, jamás poseerá fortaleza de carácter, ni ideales, ni la belleza del crecimiento espiritual.
El Amor no es un momento de entusiasmo.
El Amor es una fuerte, rica y generosa expresión de nuestras vidas, la personalidad del hombre en su más completo desarrollo.
Pero, para adquirir todo esto, necesitamos de una práctica constante.
¿Qué hacía Cristo en la Carpintería?...Practicaba.
Aunque era perfecto, seguía aprendiendo. Todos hemos leído ya algo sobre ello. Y, así, crecía en sabiduría ante Dios y ante los hombres”.(Cf. “EL DON SUPREMO- Un bello canto al amor-”, de Henry Drummond, adaptado por Paulo Coelho).