De todas las reflexiones del 2008, 2009, 2010... ¿Cuál les llamó más la atención, y por qué?

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sábado, 19 de junio de 2010

77.- LA ORACIÓN

Peter Wust –filósofo de orientación agustiniana y catedrático de la Universidad de Münster (Alemania)- al despedirse de sus alumnos en su última clase, les dijo:
“Y si ustedes me preguntasen, antes de irme definitivamente, si conozco alguna clave mágica que pueda abrirle a uno la puerta última que conduce a la sabiduría de la vida, a la bienaventuranza, yo les contestaría que sí. Y esta clave mágica no es la reflexión, como tal vez esperasen oír de un filósofo, sino la oración”.
“La oración ocupa un lugar central en la vida de los creyentes. Es su alma y su aliento. Cuando la oración enmudece en la vida de una persona podemos asegurar que la fe ha desaparecido de ella. Por ello llevaba razón santa Teresa de Jesús, cuando decía que la oración es cuestión de vida o de muerte para el cristiano, y que no hay más solución para la falta de oración que ponerse de nuevo a rezar”. (Cf. “EL PADRENUESTRO explicado con sencillez” de LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL; SAL TERRÆ, Santander 2009).

76.- MUNDIAL 2010

Ya se acerca la inauguración del “MUNDIAL DE FÚTBOL-SUDÁFRICA 2010-”.
Miles de personas participarán en vivo y en directo sentados en las graderías de los estadios sudafricanos, observando los diversos partidos que se realicen. Otros millones los seguirán por TV apostando por el triunfo de un equipo de su preferencia.
La fiebre del fútbol ha encendido la pasión de miles de niños y adolescentes por este deporte nacido en Inglaterra en 1863. ¡Cuántos de ellos llegarán a ser estrellas del balompié, disputados por grandes clubes que les pagarán millones de euros o dólares, con tal de tenerlos en sus recintos!
En este evento se buscará obtener la COPA MUNDIAL 2010, que el equipo ganador llevará orgulloso a su respectivo país.
Ya san Pablo nos decía hace dos mil años que todos los que poseen una fe madura “deben olvidarse de lo que queda atrás y esforzarse por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús” (Cf. Fil 3,13-14).
Y aplicando esto a las labores cotidianas y a los estudios: ¡hemos de esforzarnos por obtener buenos resultados en las calificaciones, en nuestros trabajos y obligaciones diarias para ir construyendo con base firme el futuro y el porvenir de esta querida Bolivia, que tanto necesita del cambio!

75.- EL SANTO CURA DE ARS

Este año estamos celebrando el “AÑO SACERDOTAL”, conmemorando los 150 años de la muerte del “Santo Cura de Ars” (San Juan María Vianney), nacido en Dardilly-al sur de Francia- el 08 de mayo del 1786.
Él sentía el llamado de Dios a la vida consagrada. Entró en varios monasterios y congregaciones, pero no lo aceptaron por su escasa preparación académica y dificultad en aprender.
Ingresó al seminario mayor de Lyon, y después de algunos años, el Obispo decidió ordenarle de sacerdote, a pesar de su dificultad en retener las lecciones de teología, y lo envió a un pueblo perdido de Francia llamado ARS, en febrero de 1818.
Como no sabía bien el camino para llegar a ese lugar, se encontró con un niño (Antonio Givre) a quien preguntó la ruta para llegar a Ars. El pastorcito le indicó el camino, y el cura le dijo: “Tú me enseñaste el camino para ir a Ars. Yo te enseñaré el camino para ir al cielo”.
Una vez llegado a su destino, tuvo algunas dificultades de adaptación al inicio, pues la gente de ese pueblo estaba acostumbrada a la bebida, al juego, a las fiestas, al chisme y a las malas costumbres.
Años después se convirtió en un gran confesor, y su fama se extendió fuera del pueblo, pues todos los días se encontraba con mucha gente de otras ciudades que quería confesarse con él, ya que decían “les leía las conciencias”. Prácticamente todo el día estaba en su confesionario atendiendo a muchos feligreses que querían reconciliarse con Dios.
Lógicamente que el “enemigo” (al que le llamaba familiarmente “le vilain grappin”) no lo dejaba en paz, sobre todo cuando iba a confesarse un pecador empedernido.
Después de muchos sufrimientos y fatigas murió el 04 de agosto de 1859.
Fue canonizado por el Papa Pío XI el 17 de mayo de 1925 y en 1929 lo declaró “PATRONO DE TODOS LOS PÁRROCOS DEL MUNDO”.