De todas las reflexiones del 2008, 2009, 2010... ¿Cuál les llamó más la atención, y por qué?

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lunes, 25 de noviembre de 2013

186.- ¿ES NECESARIO PROGRAMAR?


     La programación de cualquier trabajo es muy oportuna para lograr cumplir los objetivos que uno se propone en una tarea, en una empresa, en un centro educativo, etc.
    Esta programación tiene implícita la esperanza que tenemos que se cumplirá, a pesar de algunos imponderables e impasses que puedan surgir en el camino.
     Dicha esperanza se ejercita cuando se trabaja con un programa, con una guía y un calendario, es decir, cuando se sabe qué se debe hacer, cómo se debe hacer, quién lo debe hacer, cuándo se debe hacer y con qué recursos contamos para poderlo hacer.
     Para los que somos creyentes, nuestra programación no niega a Dios la posibilidad de actuar con su gracia; al contrario, el laborar bajo una detallada programación ofrece a Dios las ocasiones para su actuación divina, pues ponemos las cosas en “sus manos”.
     Un programa bien pensado, estructurado y elaborado es muy necesario y abre las puertas al Altísimo para que éste pueda actuar.
     Parafraseando a Ignacio de Loyola diremos que “hay que hacer las cosas como si dependieran totalmente de nosotros, pero los resultados hay que dejarlos en manos de Dios”.