Tres ranas cayeron en un balde lleno de leche, pensando que era un estanque de agua.
La primera rana, pesimista, concluyó que no había nada que hacer y se dejó ahogar miserablemente.
La segunda, lúcida, razonadora y campeona en salto alto, pensó que saldría de allí dando un gran brinco. Calculó matemáticamente la distancia y su fuerza e impulso y dio un gran brinco. Pero como estaba tan sumida en sus cálculos y pensamientos, no se dio cuenta que el balde tenía un mango de hierro, y fue a destrozarse contra él.
La tercera rana, que tenía un gran deseo de vivir y escapar a como dé lugar, no supo hacer otra cosa que moverse, agitarse y sacudirse, tratando de salir del balde, hasta que después de tanto revolverse en la leche, ésta se volvió mantequilla. Y esa rana pudo salvarse.
Así como nuestro organismo produce anticuerpos para defenderse de las enfermedades, los momentos de dificultad y de crisis nos fortalecen para las diversas pruebas de la vida.
Es bueno que te preguntes con cuál de los batracios te identificas.
Cf. http://reflexioneslasallistas.blogspot.com
lunes, 6 de junio de 2011
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