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“A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO”
Se comenta a menudo que nuestra sociedad
actual es depresiva, y parece que es cierto, puesto que lo cotidiano de
nuestras vidas lo confirma: Inseguridad generalizada, malestar social (pensemos
en las múltiple huelgas, paros, bloqueos y reivindicaciones), falta de empleo,
incertidumbre en el mañana…
Para muchos, dificultad para descubrir el
objetivo de sus vidas, viviendas exiguas, ritmos de vida agotadores, sobre
todo, cuando a las horas de trabajo se añaden trayectos de viaje más o menos
largos, siempre fatigosos… Vida familiar perturbada por horarios inhumanos,
falta de presencia de alguno de los progenitores (por abandono, viaje a otras
ciudades o al exterior), mientras una publicidad escandalosa y avasalladora
empuja a un consumo desenfrenado…
Todo eso en un ambiente que, a pesar de
indiscutibles movimientos de solidaridad, favorece muy a menudo el “cada uno
para sí”, el egoísmo, el individualismo, cuando no la desconfianza y la
agresividad.
Las referencias tradicionales, familiares,
morales, sociales… da la impresión que han desaparecido: la ley del más fuerte,
la “ley de la selva” parece prevalecer.
A
pesar de todo ello, no hay que perder las esperanzas que todo será mejor, y hay
que prepararse a conciencia para lograr ser un buen profesional y un buen
ciudadano(a).
Como dice el refrán: “A Dios rogando y con
el mazo dando”.
Cf. http://reflexioneslasallistas.blogspot.com
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