Cada 23 de marzo, los bolivianos conmemoran “EL DÍA DEL MAR”, como recuerdo de la Guerra del Pacífico (1879).
Dejando de lado estas justas y lícitas conmemoraciones, reflexionemos en dos masas de agua que existen en Tierra Santa (Palestina): Uno, cuya profundidad alcanza más de 40 metros, es de agua dulce y abundante en peces. Árboles y plantas crecen a sus orillas donde juegan muchos niños. En su ribera occidental hay una fértil llanura.
En el otro mar que tiene una profundidad de hasta 400 metros el agua es muy salada. En él no hay trazos de vida, ni murmullos de pájaros, ni juegos de niños. El aire es espeso y es uno de los paisajes más desolados del mundo.
Sin embargo los dos mares se alimentan de las aguas de un mismo río: El Río Jordán.
¿Por qué esta diferencia?...Porque un mar recibe las aguas del río pero no las retiene para sí: Es el Mar de Galilea.
En cambio el otro mar es avaro. Guarda las aguas del río celosamente: Es el Mar Muerto.
¿Con cuál de estos mares nos identificamos y con los dones que nos da el Señor?...
domingo, 25 de abril de 2010
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