Encontrándose al borde de la muerte, el gran conquistador Alejandro Magno convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1º Que su ataúd fuese llevado en hombros por los mejores médicos de la época;
2º Que los tesoros que había conquistado en sus batallas (oro, plata, piedras preciosas) fueran esparcidos por el camino hasta su tumba;
3º Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd y a la vista de todos.
Entonces sus generales asombrados por tan insólitos deseos, le preguntaron a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro les explicó:
1º Quiero que los médicos más famosos carguen mi ataúd para así mostrar que ante la muerte, ellos no tienen poder de curar.
2º Quiero que el suelo sea cubierto de mis tesoros, para que todos puedan ver que no nos llevaremos al más allá los bienes conquistados, pues se quedarán aquí.
3º Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías y con las manos vacías nos iremos cuando se nos termine el más valioso tesoro que es el tiempo.
Joven, señorita, adulto: ¿Cómo aprovechan su tiempo?...
domingo, 25 de abril de 2010
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