Cierta mañana cada neoyorquino que tomaba el metro (=tren subterráneo) en la estación de la calle Manhattan, a la altura del número 110, podía leer sobre un muro la inscripción siguiente: “DIOS HA MUERTO- Nietzsche”.
Días después, otro transeúnte escribió debajo de esa inscripción: “NIETZSCHE HA MUERTO- Dios”.
Es muy posible que los que leyeron estas dos inscripciones se sintieran obligados a reflexionar sobre su contenido.
Hoy, en muchos medios de nuestra sociedad se habla de la inminente “muerte” de Dios, de la Iglesia, de la Jerarquía, etc., pero ya la Sagrada Escritura afirmaba miles de años atrás lo siguiente: “Dice el necio en su corazón: no hay Dios” (Cf. Salmo 14[13],1).
Y todos los que afirman que Dios “ha muerto”, se olvidan que un día ellos “morirán sin remedio, y al morir, ¿a dónde irán?” (Cf. Job 14,10).
Amigo lector: ¡Esperamos que Dios no haya muerto en su corazón ni en su vida!
Ahora bien: ¿Cree Ud. en lo que decía el filósofo alemán Federico Nietzsche o en lo que manifiesta nuestro Dios?....
martes, 27 de abril de 2010
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