66.- PONDRÉ EN USTEDES UN CORAZÓN NUEVO

Corría el año 1967. Por primera vez en la historia de la medicina, el Dr. Christian Barnard (*1922, +2001), ciudadano sudafricano nacionalizado griego, hizo el primer transplante de corazón a un ser humano mortalmente enfermo de cardiopatía: el Sr. Washansky, de 55 años de edad, el domingo 3 de diciembre.
A primera vista, la intervención quirúrgica que duró 5 horas, tuvo éxito y transcurrió sin complicaciones…pero posteriormente las esperanzas de vida fueron vanas cuando el paciente contrajo una neumonía y falleció 18 días después.
No en vano empleamos el concepto “corazón” como símbolo de la personalidad humana, como el centro de la voluntad y de los afectos.
Y en este sentido debemos decir también que el corazón está mortalmente enfermo a causa del pecado que se halla arraigado en él, “porque desde joven el ser humano sólo piensa en hacer lo malo” (Cf. Gén 8,21).
Pero nuestro Dios, el médico por excelencia, a través del profeta Ezequiel nos promete lo siguiente: “Pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil” (Cf. Ez 36,26).
El resultado no sólo es vida, sino VIDA ETERNA, vida de comunión con Dios.