Cada año, en diversas ciudades y pueblos de Europa, Oceanía y América, tienen lugar las “jornadas del caos”, donde se reúnen “punkis” de todo el mundo.
Generalmente la “filosofía” punk, junto al derroche de alcohol, drogas y euforia grupal, tiene como resultado el saqueo de tiendas, barricadas, vehículos incendiados, ventanas rotas, y cientos de heridos… Las sedes de estas “jornadas” se convierten de la noche a la mañana en el campo de batalla de los apologistas de la violencia y el desorden contra “la polis”, es decir, “la ciudad”, símbolo del orden cívico y la cultura humana.
Durante esas “jornadas del caos”, la policía se transforma en un auténtico ejército enfrentando al ejército que le declara la guerra en las calles. Ambos bandos van perfectamente uniformados: unos con cascos, cazadoras y botas; los otros con pelos coloreados, chamarras de cuero y botas militares. Ambos bandos salen perfectamente armados: unos con cachiporras y agua a presión; los otros con piedras, botellas, “cócteles molotov” y bolas de acero lanzadas con “tirachinas”.
Ambos bandos están perfectamente enfrentados: unos defendiendo la paz y el orden; los otros el vandalismo, la violencia y el desorden. El resultado: una ciudad diezmada por los “hijos de Atila”.
¿Te suena conocido este proceder?...
martes, 27 de abril de 2010
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