Se comenta que los Aztecas (en México) tenían por costumbre, al fin de un año, romper toda la vajilla: platos, ollas, cucharas, envases de barro y otros, para “despedir” al año que se iba, y recibían el siguiente año con una vajilla nueva.
Se cuenta asimismo que en el siglo antepasado (XVIIIº), los españoles e italianos despedían el año viejo, echando por las ventanas los muebles y artefactos que ya no servían (de allí que existe la expresión: “ECHAR LA CASA POR LA VENTANA”).
Es bueno preguntarse: ¿Y yo qué tendría que echar o romper en mi vida?...Conviene hacer una autoevaluación o autoexamen (“el examen de conciencia” que llaman los católicos) para ver qué cosas no andan bien en nuestras vidas, qué asuntos debemos rectificar y corregir, y qué otros hemos de potenciar y desarrollar.
En este nuevo año 2009, que ya está a nuestras puertas, hagamos algunas resoluciones y buenos propósitos para comenzar el mismo, y sobre todo, agradezcamos a Dios por todo lo que nos pasó el 2008, y encomendemos a sus divinas manos lo que nos deparará el 2009.
¡A TODOS(AS), QUE TENGAN UN VENTUROSO AÑO 2009!
sábado, 24 de abril de 2010
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