Para las lenguas antiguas, la palabra “corazón” tenía muchos significados: sede de los afectos; centro de la persona; inteligencia, sabiduría, amor… Incluso muchos pueblos imbuidos por esos conceptos, ofrecían en sacrificio el corazón de las víctimas humanas como algo agradable a sus dioses.
En nuestro medio aún se practica la “wilancha”, como ofrenda de la sangre y corazón de un animal, para agradecer a la Pachamama por sus dones y beneficios.
Para los judíos “corazón” significaba: el asiento de los sentimientos, buenos y malos. El centro de la vida moral, de la opción del bien y del mal. La sede de la actividad religiosa: el amor a Dios, al prójimo, la obediencia a la Ley, etc.
Este año, el lema de los lasallistas del Distrito de Bolivia es: “MOVIENDO CORAZONES”, es decir, estar abiertos a las necesidades de nuestro país, de nuestra ciudad, de nuestro barrio, de nuestra familia…por donde Dios nos habla a menudo para ayudar a cambiar algunas cosas que no están bien, y en el fondo, mover nuestros corazones hacia ese Alguien: Dios mismo, que es la meta de nuestro caminar por la vida.
En la carta a los Hebreos el escritor sagrado nos dice claramente: “Ojalá hoy escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón” (Heb 4,7).
sábado, 24 de abril de 2010
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