Es menos fatigante quedarse sentado(a) en la tribuna que correr en la
pista del estadio.
La mejor manera de evitar las críticas sobre las responsabilidades que
hemos adquirido, es no aceptar ninguna.
Si nunca asumes una responsabilidad, nunca serás criticado(a) por lo que
hagas.
Descubre tu creatividad en la búsqueda de pretextos para no
comprometerte.
Si no dices nada, jamás será contradicho(a).
Se corren menos riesgos en prometer que en comprometerse.
Quien se compromete suda. El sudor es húmedo. La humedad es perjudicial
(”vale aún más para quien sale a buscar trabajo”).
Nadie ha muerto por exceso de descanso.
Y, por último, para vivir “tranquilamente”, acuéstate. Haz lo menos que
puedas y ese poco haz que lo realicen los(as) demás.
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