Maestro, ¿cuál es la utilidad de las
emociones negativas?...No les encuentro sentido alguno. Si Dios quiere que seamos bondadosos,
amables, que vivamos en paz y tengamos felicidad, ¿por qué creó las emociones
negativas?...Y justamente hacemos todo un trabajo de meses y años junto a Ud.
para tratar de controlar esas emociones adversas.
En el momento que el discípulo terminó de
hablar, empezó un terremoto muy fuerte. Todas las personas reunidas salieron
corriendo al patio, y justamente el discípulo que cuestionaba al maestro fue el
primero que se puso a buen recaudo. ¡Lamentablemente el techo del recinto donde
estaban reunidos se vino abajo!
Tú preguntas por qué existen las emociones
negativas –le indicó el maestro- y no te das cuenta que son ellas las que te
acaban de salvar. Si no hubieras tenido miedo, el techo se te habría caído
encima y te hubiera matado. Las
emociones negativas son como un salvavidas que impide que nos ahoguemos en el
mar. ¡El problema del hombre moderno es que anda con el salvavidas puesto…pero
en la arena y todo el tiempo!
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