De todas las reflexiones del 2008, 2009, 2010... ¿Cuál les llamó más la atención, y por qué?

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viernes, 8 de noviembre de 2013

168.- LAS PARADOJAS DE NUESTRO TIEMPO


     La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos, pero temperamentos más cortos; autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos…

     Gastamos más, pero tenemos menos; compramos más  cosas, pero disfrutamos menos.

     Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; tenemos más comodidades, pero menos tiempo.

     Tenemos más títulos, pero menos sentido común; más conocimiento, pero menos juicio; más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos bienestar.

     Bebemos demasiadas cervezas, fumamos demasiado, gastamos imprudentemente, reímos muy poco, manejamos muy rápido, demasiado enojados; nos levantamos muy cansados, leemos de vez en cuando, vemos demasiada televisión, y oramos rarísima vez .

     Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores morales.

     Hablamos demasiado, amamos muy rara vez, y odiamos con demasiada frecuencia.

     Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no LA VIDA; hemos agregado años a la vida, no vida a los años.

     Hemos recorrido todo el camino a la luna y de regreso, pero tenemos problemas para cruzar la calle para conocer al nuevo vecino.

     Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el espacio interior.

     Hemos hecho grandes cosas, pero no cosas mejores; estamos limpiando el aire, pero contaminando el alma; hemos dividido el átomo, pero no nuestros prejuicios; escribimos más, pero aprendemos menos.

     Planeamos más, pero logramos menos; hemos aprendido a correr, pero no esperar.

     Construimos más computadoras para tener más información para producir más copias que nunca, pero tenemos menos comunicación.

     Estos son los tiempos de comidas rápidas y digestión lenta; de altas ganancias y relaciones superficiales.

     Estos son los tiempos de la paz mundial, pero la guerra doméstica; más ocio, pero menos diversión; más variedad de comida, pero menos nutrición.

     Estos son días de dos o más ingresos por familia, pero más divorcios; de las más elegantes casas, pero hogares quebrados.

     Estos son días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad “a la carta”, de una sola noche; cuerpos con sobrepeso y pastillas que sirven para todo: para ser alegres, para ser callados, para hacer el amor, para matar…

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