Giuseppe Fortunino Franceso Verdi, el genial compositor
italiano, del cual estamos celebrando este año los 200 años de su nacimiento (*
Roncole –Italia- 10 de octubre de 1813; + Milán 27 de enero de 1901), famoso
por sus bellas y populares óperas que se representan en todo el mundo: Nabucco,
Rigoletto, La Traviata, Aida, Il Trovatore, Un ballo in maschera, La forza del
destino, Otello, etc., anduvo pasando por malos momentos económicos y,
requiriendo de dinero, envió una nota a un amigo cercano pidiéndole que le
prestara mil liras para poder salir del apuro en que se encontraba.
Pero sus deseos no fueron satisfechos. En
cambio el compositor recibió la siguiente respuesta de su camarada: “Tu pedido
me ha llegado en un momento de extrema necesidad. Tan es así, que para afrontar
algunos compromisos ineludibles, he vendido, con la pena que podrás imaginar,
tu propia nota en calidad de autógrafo. Me han dado por ella 500 liras. ¡Me has
salvado! Tienes todo mi reconocimiento”.
En una nueva nota, Verdi respondió a su
amigo: “Todo está muy bien. Pero te ruego quieras al menos facilitarme la
dirección de la persona que te ha comprado mi autógrafo. Quizá pueda venderle
algún otro…”
¡Se ve que la necesidad apremiaba a Verdi
con urgencia!
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